Soy escéptico a los sistemas o dogmas humanos: la ciencia moderna, las religiones, la metafísica y los sistemas políticos y económicos ¿En qué creo? He encontrado que en la duda sensata está la respuesta: Cogito ergo sum.

08 agosto, 2012

La curiosidad va a matar al gato


La mira de la comunidad científica y del mundo en general se encuentra en este momento enfocada a varios millones de kilómetros de nuestro planeta, en el vecino exterior Marte. El pasado domingo a eso de las 11:30 p.m. (hora de Costa Rica) fue transmitido a todo el mundo el aterrizaje del Curiosity (MRS, Mars Science Laboratory), una especie de laboratorio móvil que envió la NASA 8 meses atrás y que es el producto de la investigación de unos 10 años en conjunto con Francia y España. Este astromóvil es todo un laboratorio de ciencia que recorrerá una región escogida de Marte para el estudio de las propiedades de su superficie así como de su atmósfera. Pero el propósito más importante que tiene en ese suelo rojo, es la detección de posibles microorganismos que pudieron haber vivido en ese planeta, ya que en los últimos años todos los estudios se han concentrado en la posibilidad de vida de algún tipo, luego del descubrimiento de vestigios de agua en los polos, sustancia primordial para la existencia de vida además del carbono. Todo esto para poder contemplar la posibilidad remota de habitar ese enigmático planeta en el futuro.

Las cifras alrededor de este ambicioso proyecto son casi astronómicas. Se han invertido aproximadamente 2,5 billones de dólares, 10 años de investigación y muchas mentes trabajando con el propósito de enviar a este Rover a recorrer sobre el suelo rojo para esperanzar a los físicos para que ellos se ufanen de su “dominio” sobre las leyes físicas y cálculos matemáticos y sus logros intelectuales.

Ahora, el Curiosity está en Marte. El hombre consigue una conquista más en el espacio y extiende los límites de su inteligencia y dominio sobre la naturaleza, es mucha la inversión y mucho que perder. Pero nuevamente el orgullo estadounidense se impone a las adversidades del universo y celebran una victoria que nadie les estaba pidiendo. Es simple curiosidad…

¡Qué curioso que el hombre pose su vista sobre lo que no puede alcanzar con el resto del cuerpo, cuando en su propio entorno, queda aún mucho por conquistar!




¡Qué curioso que los científicos no estén haciendo nada viable por el problema del calentamiento global y el consecuente derretimiento de las masas polares y el aumento de la temperatura de la Tierra!

¡Qué curioso que siga habiendo deforestación y especies en peligro de extinguirse!

¡Qué curioso que el hoyo en la capa de ozono sigue creciendo!

¡Qué curioso que no exista un combustible alterno y factible, que no contamine y que sea barato!

¡Qué curioso que no hay todavía una aparente solución a la provisión de agua potable y alimentos para un plazo de 50 años!

¡Qué curioso que no hayan explorado todavía ni un 5% del océano!

¡Qué curioso que todavía no haya una cura para el SIDA, el cáncer, el Alzheimer, la diabetes, el ébola, la esclerosis múltiple o una simple gripe!







¡Qué curioso!


 
Pero el hombre quiere conquistar a control remoto y dominar un desierto rojo, para ver si algún día tiene que habitarlo, por lo que no ha podido hacer en su propio planeta. Es la esperanza inútil del soberbio científico en otro mundo ante su inoperancia e incapacidad en el que habita.